Por Marcelo Lobos, Socio Fundador 2Talk

Cultura Organizacional: El valor del “no tiempo” (el club de las 5 de la mañana)

Sin duda que hoy la vida nos alcanzó, y la administración del tiempo para “poder vivirla” se hace cada vez más compleja.

Muchas son las fórmulas en la cultura organizacional que hemos visto emerger desde diferentes corrientes, muchas de ellas recomendadas en nuestra cápsula anterior de la “gestión del tiempo” .   Entre algunas de las fórmulas que mencionamos recordamos:

  1. Hacer Lista de tareas
  2. Uso de post it con clasificaciones de prioridades
  3. Preparar semana y los días con propósitos diarios
  4. Ocupar, aplicaciones, usar “calendar”, etc.

Sea cual sea la fórmula que escojas, la gestión de tu tiempo y el aprovechamiento del mismo, nos aporta una agradable sensación de tranquilidad, de logro y de “estar al día” cada vez que hacemos un check en nuestra lista y aparece la placentera dopamina como recompensa a nuestra buen desempeño.

En esta búsqueda de espacios para generar la mayor productividad en lo laboral y personal, han surgido además de los instrumentos, teorías sobre los momentos para optimizar mi tiempo. Muchas de ellas orientadas al coaching ejecutivo, pero también desde la vivencia de cualquier ciudadano-

Ya Steven Kotler (“The Art of impossible”) nos hablaba de generar un espacio de “No tiempo”, que no debe ser un espacio de relajo donde no se hace nada, sino más bien un espacio tan desconectado del resto del mundo, que sólo estoy conectado conmigo mismo, lo que permite llevar un espacio de paz, donde el escucharme a mi mismo, gatille mi mayor creatividad.

 

¿En qué consiste este no tiempo?

Para Kotler, el “no tiempo” es también conocido como “un tiempo tranquilo, a solas, aislado del ruido y de las demandas del mundo”, “El no tiempo es el término para ese vasto tramo de vacío entre las 4 a.m. (cuando comienzo mi sesión de escritura matutina) y las 7:30 a.m. (Cuando el resto del mundo se despierta)”.  En simple, es un espacio de encuentro personal donde no existen las distracciones, llamadas, visitas inesperadas en tu oficina (ladrones de tiempo), ni correos ni whatsapps; en donde el silencio acompaña un mundo creativo de fluidez sin interrupciones.

 

¿Quieres probarlo?

Como todo cambio de comportamiento, procura hacer un esfuerzo en la logística y la fuerza de voluntad que la implementación de un nuevo hábito significa . Lo relevante es que es muy provechoso. Quienes lo han implementado , hablan de partir el día con ventaja y con mayor disposición de agenda.   Este autor señala que “el no tiempo es una oscuridad total que no pertenece a nadie más que a mí”, y agrega que “las preocupaciones urgentes del día aún no han llegado, así que hay tiempo para ese lujo supremo: la paciencia”. “Si una frase tarda dos horas en hacerse bien, ¿a quién le importa?”, añade.

Muchos historiadores del Management y de la Cultura Organizacional en las empresas, mencionan a grandes referentes amantes del no tiempo, como Steve Jobs y Albert Einstein, quienes implementaban sus rutinas cotidianas de aislamiento y reflexión.  La autora de “Harry Potter”, JK Rowling, señala por su parte, que generar estas rutinas de silencio ha sido clave para su éxito: “Cultivar el silencio no se trata solo de obtener un respiro de las distracciones de las conversaciones o los tweets de la oficina. El silencio real sostenido, del tipo que facilita el pensamiento claro y creativo, acalla la charla interna y externa”.

En estos espacios de desconexión, se busca tratar de descansar los reflejos mentales que habitualmente protegen una reputación o promueven un punto de vista. Se trata de tomar un descanso temporal de una de las responsabilidades más básicas de la vida: tener que pensar qué decir. Esta responsabilidad, nos priva de escuchar y aceptar ideas nuevas.

Por su parte, Robin Sharma, autor de varios best sellers de gran introspección personal, entre ellos “El Monje que vendió su Ferrari”, “Lecciones sobre la Vida”, “Las 8 claves del Liderazgo”, destaca últimamente con un libro que si bien es del 2018, ha cobrado mucha aceptación por los ejecutivos del mundo. Se trata de “El club de las 5 de la mañana”. 

Antecesor a la mirada de Kotler, Robin Sharma, cita en su texto: “En una cultura de zombis cibernéticos adictos a la distracción y afligidos por la interrupción, el modo más sabio de garantizar la producción de resultados del más alto nivel en las áreas más importantes de vuestra vida profesional y personal es establecer una rutina matinal de gran calidad. La victoria comienza en vuestro principio. Y vuestras primeras horas son el momento en que se forjan los héroes”.

En este contexto, fija el espacio entre las 5 de la mañana y el momento de levantarse, para ganarle a la “partida del mundo”.  Su tesis, enfatiza que esta desconexión permite desarrollar creatividad y flujo de ideas en otro nivel. El silencio, la tranquilidad te permiten entrar a un estado donde tus ondas cerebrales cambian y te permiten generar mayor dopamina, disminución del cortisol y aumento de la serotonina, bases de entrada a un espacio de creatividad, lo que Sharma denomina “estado de fluidez”.

Comprendiendo que para nadie será fácil cambiar la rutina de iniciar el día más temprano que lo habitual, Sharma establece 5 reglas claves para llevar a disfrutar este estado de productividad y creatividad máxima, como parte de un desafío personal o como un cambio en la cultura organizacional:

  1. La adicción a la distracción es el fin de tu producción creativa.
  2. Las excusas no crean ningún genio. Que no hayas adoptado el hábito de levantarte temprano antes no significa que no puedas hacerlo ahora.
  3. Todo cambio es duro al principio, desordenado a la mitad y precioso al final.
  4. Para obtener los resultados de la élite del 5%, debes empezar a hacer lo que el 95% de la gente está poco dispuesta a hacer.
  5. Cuando tengas ganas de rendirte, continúa. El triunfo ama a los implacables.

Sea cual sea la determinación que tengas respecto a como optimizar tu día o ser más creativo, de todos modos algunos de los planteamientos expuestos suenan desafiantes y a su vez, productivos.  La invitación se traduce en adelantar la hora de aquella alarma que nos despierta y nos hace afrontar nuestra vida diariamente.  Con todo, creemos que no solo es “hacernos el tiempo”, sino que la clave está en la calidad de ese tiempo, sin interrupciones, que nos permita fluir con nuestras mejores ideas.

Cada uno podrá encontrar su propia fórmula

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